domingo, 4 de marzo de 2018

Fábula de Álvaro: El Pararrayos

Escribe Álvaro.

Os voy a presentar mi fábula, “El Pararrayos”. Para escribirla me basé en los reyes tiranos de la edad media que no aceptaban las ofrendas de sus esclavos o personas con menor poder que ellos. He aquí mi fábula.
Un saludo

ÁLVARO SAHELICES GONZÁLEZ

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EL PARARRAYOS

El rey León pidió a todos sus súbditos que le entregasen una ofrenda. El ratón buscó por todo el reino algo que ofrecerle y al final encontró a un comerciante que le vendió un estupendo invento que se hacía llamar pararrayos.
El ratón tardó tres días en llevar su ofrenda al rey León, puesto que el pararrayos pesaba mucho. Cuando llegó se lo ofreció al Rey explicándole su funcionamiento. El rey León le dijo con soberbia:
-Yo, siendo el rey, no lo necesito.
El ratón al oírlo se marchó cabizbajo e instaló el pararrayos, que tanto le había costado conseguir, en su casa.
Unas semanas después, unas nubes tormentosas traían a la zona una tormenta eléctrica.
 El León dormía plácidamente en su cueva cuando un rayo cayó sobre una roca cercana, la roca cayó bloqueando la cueva y el León quedo atrapado dentro de ella. Pasaron los días y a pesar de los esfuerzos de toda su corte, era imposible mover la roca y el León comenzaba a debilitarse debido al hambre y la sed.
Mientras tanto, el ratón y su familia excavaron un pequeño túnel en la parte posterior de la cueva, a través del cual le llevaron comida y agua.
Cuando el rey León vio al ratón, lo reconoció rápidamente y muy agradecido le dijo:
-¡Qué necio y soberbio he sido contigo!, muchas gracias por tu ayuda, no se debe rechazar nunca un regalo hecho con buena intención.


Moraleja:
“A caballo regalado no le mires el dentado”


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